Las nanopartículas son estructuras con sus tres dimensiones menores que 100 nm que presentan muchas propiedades que se diferencian de los respectivos materiales masivos. En especial, las nanopartículas magnéticas vienen recibiendo una enorme atención en las dos últimas décadas por sus enormes potencialidades en diversas industrias, como la farmacéutica, la química o la electrónica.

Las nanopartículas magnéticas son estructuras con dimensiones mucho menores que células, virus y ADN, teniendo las mismas dimensiones que las proteínas. Al mismo tiempo, las propiedades magnéticas permiten un control externo sobre estas partículas. Esta combinación les confiere una gran potencialidad para aplicaciones biomédicas, tanto en diagnósticos (MRI y bio-chip) o en terapias (cirugía, hipertermia, drug delivery, etc...).

Así como la microelectrónica, con la aparición del microprocesador, fue una de las grandes revoluciones tecnológicas de la década del 80, actualmente lo es nanotecnología que trata sobre la manipulación y ensamblado de estructuras a escala atómica y molecular. Las propiedades físicas de estas pequeñas estructuras difieren sensiblemente de las conocidas para materiales y dispositivos de dimensiones mayores.